lunes, 28 de junio de 2010

METAFORICUENTO

Este es el cuento de nunca acabar y que siempre inicia igual. Había una vez unos seres muy especiales, aunque eran pequeños de edad y de tamaño, poseían una enorme inteligencia, curiosidad y creatividad. Eran unos excelentes imitadores y tenían una gran capacidad de adaptación. Eran conocidos como los primerianos, venían de dimensiones distintas, unas bastante oscuras, en donde prevalecía la violencia, el autoritarismo, la incomunicación y la agresión constantes, muchas veces ocultas tras las más sublimes formas. Hasta las dimensiones brillantes, en las que reinaba el amor y la comprensión. Todos ellos, en cierta etapa de su vida, entraban a la dimensión comúnmente denominada  desconocida, y que preferimos llamar así, para no recurrir al largo nombre científico, que se torna un trabalenguas  “organizadesarrollaaprendizajessocioexperiencialesemocionalesfísicosymentales”.
Al principio la dimensión desconocida era vista por muchos de los primerianos como algo incomprensible, de donde rápidamente querían salir para ir a sus ya conocidas y habituales dimensiones. No querían estar más tiempo con la “malvateacher”; pues no querían esas fórmulas antiagresión, anticaos, antiviolencia, antichisme, anticonsentidos y anticaprichos. ¿Cómo?, ¿Qué es esto?, ¡Qué horror! Si estaban adaptados a situaciones completamente contrarias y las imitaban a la perfección. La “malvateacher”, como la llamaban algunos de los primerianos, era la encargada de crear fórmulas y pociones que llevaran a los primerianos a la dimensión desconocida en donde se buscaba que alcanzaran la tranquilidad para actuar de formas distintas a las acostumbradas en las dimensiones oscuras. Los primerianos de las dimensiones brillantes se convertían en perfectos aliados de la “malvateacher”; pues le ayudaban a crear las pociones procomunicación, proaprendizaje, procolaboración, procomprensión, prorespeto y proamor.
Conforme transcurría el tiempo en la dimensión desconocida, la “malvateacher” a veces desesperaba y se desanimaba, cuando los primerianos regresaban a la imitación de las más primitivas y dañinas actitudes y acciones aprendidas en sus dimensiones. Pero recobraba ánimo e inmensos deseos de continuar su labor cuando observaba y reconocía los cambios de algunos de los primerianos, o , al ver el interés, deseo y gusto por aprender de los que eran sus aliados.
La  “malvateacher” a lo largo de su experiencia había aprendido hechizos muy efectivos y con grandes alcances para los primerianos. Uno de ellos era el hechizo “organizaestructurador” que consistía en que los primerianos propusieran y votaran sus propias reglas y las consecuencias al no cumplirlas. Ya que esas serían las reglas con las que organizarían su trabajo durante todo un año.  Otro era el hechizo “dialogasolucionador”  hablar y resolver frente a todos cualquier cosa que pasara con ellos al estar en la dimensión desconocida. Todo, todo se habla y se resuelve. Un hechizo fundamental en la dimensión desconocida era el “grupopalancaaprendizajes”;
ya que de alguna forma hay que mover a los primerianos que están como estancados, sin disposición para cambiar actitudes aprendidas en las dimensiones oscuras y entonces el grupo de primerianos con deseos e interés por aprender se convierten en una palanca para mover a los estancados a aprender nuevas cosas. Y el hechizo que nunca falla el “reciprocariñorespeto”, cuya fórmula mágica es tratar a los primerianos como personas, no como cosas. Respetarlos y darles cariño y ellos terminan dando lo mismo a la “malvateacher”, hasta aquéllos en cuyas dimensiones la “malvateacher” es vista como el adversario a vencer.

Los logros en la dimensión desconocida a veces son muy grandes, en otras, no  tanto; pero año con año la “malvateacher” espera con mucho ánimo a los nuevos primerianos... ¿Qué fórmulas y hechizos nuevos aprenderán?

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