lunes, 17 de enero de 2011

Un día lleno de apapachos

Hoy fue un día especial en el grupo. Pude observar y corroborar a lo largo del día que un elemento clave con mis alumnos son los apapachos (toda muestra de cariño y reconocimiento). Iniciamos trabajando con una lectura que se llama "D de despedida", con la cual los alumnos mostraron las diferentes maneras en que se despiden de sus papás, familiares o amigos. Para hacer más significativos los comentarios con respecto a la lectura decidí poner en práctica los distintos estilos en que ellos mencionaban que se despedían de otros. Comencé con besos en las mejillas de algunos alumnos, continue abrazando a otros y culminamos "chocándolas" como dicen mis alumnos. El "clic" de los apapachos funcionó inmediatamente, porque los alumnos que son más renuentes al trabajo, se aplicaron como no los había visto antes.
Recordé que mi esposo me había platicado de una investigación que se estaba realizando con niños de la India y que mencionó el uso de "la técnica de la abuelita". Decidí entonces ponerla en acción, sobre todo con los alumnos con menos disposición a las actividades y repetidamente, una y otra vez, cada que culminaban con una actividad, yo les decía, con un énfasis especial: "Muy, bien".
Los apapachos funcionaron y nos llevaron a más y más apapachos; ya que los alumnos comenzaron a lanzar porras para sus compañeros. De ahí, los alumnos pasaron a un enorme abrazo de grupo; ya que una alumna se levantó a abrazarme, luego se paró otro niño y así continuaron levantándose hasta que todos se encontraban en el gran abrazo del grupo.
Son momentos como este los que me recuerdan una de las razones por las que decidí ser maestra.

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