viernes, 12 de agosto de 2011

Luna va a la primaria



Luna, ¡Ah sí! ¡Cómo la recuerdo!

Luna es una alumna que hace un año tuve la oportunidad de conocer. Cuando llegó a la primaria por primera vez, Luna era pequeña, quizá como tú, inquieta, quizá como tú, curiosa, quizá como tú, cariñosa, quizá como tú, amable, quizá como tú, juguetona, quizá como tú y divertida, muy divertida, quizá como tú. Antes de su primer día de trabajo en la primaria Luna imaginaba y deseaba muchas cosas. Imaginaba cómo sería su nueva escuela ¿Será muy grande? ¿Será bonita? ¿Tendrá juegos?. También pensaba cómo sería su maestra, o, ¿maestro? Alto, bajo, serio, amable. ¡Ah eso sí! Deseaba, como deseaba que su nueva maestra fuera cariñosa, muy cariñosa. Así como ella; ya que eso le encantaba. Y los compañeros ¿Cómo serían? Esperaba tener muchos amigos con los cuales jugar y aprender y a los cuales pudiera mostrar mucho cariño.

La noche anterior a su primer día en la primaria, Luna sentía algo raro en su estómago y le dijo a sus papás: -Quiero mucho conocer y estar en mi escuela nueva; pero siento como cuando tengo hambre y acabo de cenar. Sus papás le explicaron que en ocasiones cuando las personas van ha vivir algo nuevo se sienten preocupados, o angustiados y entonces en su cuerpo hay sensaciones distintas, como lo que ocurría en ese momento en su cuerpo. Entonces, igual que lo hicieron en varias ocasiones, se sentaron a platicar con ella hasta que se sintió tranquila y pudo dormirse.

El gran día había llegado para Luna. Era momento de levantarse y prepararse para ir a la escuela. Luna esperaba, que ese día fuera ¡especial! Luna y su mamá tomadas de la mano llegaron caminando hasta la puerta de la escuela donde su mamá la abrazó, le dio un beso y le deseo que le fuera muy bien. Luna abrió sus hermosos ojos al mirar lo grande que era su nueva escuela, comparada con la anterior. Se sorprendió de ver a tantos alumnos y volteaba para todas partes buscando su salón. De repente, como si tuviera un radar, localizó a un grupo de niños que como ella miraban para todos lados, expresando en sus rostros, distintas cosas. Algunos mostraban alegría, otros sorpresa, algunos curiosidad, otros miedo y tristeza. Entonces Luna se reunió con ellos. Sí, eran los nuevos alumnos de la primaria, los que eran esperados con gran entusiasmo e ilusión por las maestras de primer grado y por todos los demás integrantes de la escuela.

Ese día Luna conoció a quien sería durante todo el ciclo escolar, su mejor amiga. Una niña llamada Estrella. Luna se acercó a ella cuando la vio llorar, le preguntó qué le pasaba y la abrazo hasta que una maestra se acercó. En ese momento Luna pensó ¿será mi maestra? Algo le había agradado de ella, sí, esa forma amable y cálida de acercarse a la niña que lloraba hasta que logró que se tranquilizara. ¡Ojalá y sea mi maestra! deseó enormemente. Y como si Luna le hubiera pedido un deseo a una estrella, así fue, la maestra Cielo, fue desde ese día su maestra. ¡Ah! Parece un cuadro verdad, imagínate Cielo, Luna y Estrella juntas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario